21 de septiembre de 2012

El género Quercus en el Valle de Sabero

   Esta vez me gustaría hacer hincapié en un grupo de árboles perteneciente a las Fagaceas, que constituyen la mayor parte de los bosques de nuestro valle, el género Quercus.
  
   El género Quercus, que agrupa a los árboles caducifolios y perennifolios anemófilos, es el más importante de las fagáceas, no sólo por tener más de 300 especies propias en el hemisferio boreal, (la mayoría en América del Norte), sino también por los bosques que forma (en España ocupa alrededor de un 85% de la vegetación climácica).

   Muchas especies tienen importancia económica por su madera de excelente calidad, su corteza y sus frutos (glande o bellota). Es un género de difícil taxonomía por la facilidad de hibridación de algunas de sus especies. En la Península Ibérica podemos encontrar las siguientes especies: Quercus robur, Q. orocantabrica, Q. petraea, Q. pauciradiata y Q. pubescens (de hoja caduca); Quercus pyrenaica, Q. broteroi, Q. faginea, Q. canariensis y Q. lusitanica (de hoja marcescente); y por último Quercus coccifera, Q .ilex y Q. suber (de hoja perenne).

   De entre todas estas especies me voy a centrar en Quercus pyrenaica, Quercus petraea, Quercus faginea y Quercus ilex que son las presentes en el Valle de Sabero.

Quercus pyrenaica (Rebollo)


Detalle de hojas y bellotas del rebollo
   Se trata de un roble de hojas grandes, aterciopeladas y profundamente lobuladas. A menudo, en invierno, permanece la hoja seca en el árbol, lo que se denomina marcescencia. Puede alcanzar una altura de más de 30 m, aunque a menudo constituye montes bajos muy densos o rebollares. En leonés se llama carbayu marfueyu o marfueyu.
   Constituye la mayor parte de la masa forestal del Valle de Sabero. En estos robledales es habitual encontrar la preciosa flor del gallico de monte (Linaria triornitophora), así como escobas negrales (Cytisus scoparius), chaguazos (Halimium alyssoides), sanjuanicos (Lavandula pedunculata), escaramujos (Rosa canina), majuelos (Crataegus monogyna).
Roble del Acarreadero (Extremadura). Es el mayor rebollo de la Península Ibérica

La preciosa Linaria triornitophora.
Quercus petraea (Roble albar)
Detalle de hojas y bellotas de Quercus petraea.
   Árbol majestuoso y robusto, es capaz de alcanzar 45 m de altura y un diámetro de más de 5 m. En el Valle de Sabero no forma bosques, sino que crece entre los robledales de Quercus pyrenaica, destacando entre éstos por su porte y tamaño. Se caracteriza por sus hojas escasamente lobuladas y casi lampiñas, acuminadas en la base, y largo peciolo, mientras que las gruesas bellotas aparecen casi sentadas sobre las ramillas. En leonés se denomina carbayu albarín o sarriegu.
   En Castilla y León crece casi exclusivamente en la Cordillera Cantábrica, excepto algún rodal de roble albar esparcido por el Sistema Ibérico Norte y más raramente en el Sistema Central.
   De entre todos ellos destacan los impresionantes montes de Riaño y Sajambre.
 
Este es el Roblón de Cuesta Fría, por encima de Vegabaño, en Sajambre.
El Roble del Sestil de la Mata, en Boca de Huérgano.
 
Quercus faginea (Quejigo)
 
Detalle de hojas y bellotas del quejigo

   Se trata de un roble de hoja pequeña, coriácea y marcescente, adaptado a climas secos y continentales. En leonés se llama carbayu pía marru o carbayu femía.
 
   En el Valle de Sabero crece de forma aislada entre otros robles y encinas, en laderas pedregosas de terrenos calizos.
 
   Aunque en Castilla y León está ampliamente distribuido, en la provincia de León es muy escaso y se encuentran manchas aisladas en el sureste, por la Tierra de Campos, y en las estribaciones montañosas del Esla, donde destacan los quejigos que crecen en el Sabinar de Crémenes.
 
Quejigo de un gran tamaño
Quercus ilex subsp. rotundifolia (Encina carrasca)
 
Detalle de hojas y bellotas de encina carrasca
   Se caracteriza por sus hojas duras y coriáceas, cubiertas de corta pubescencia y ceras. Su copa es densa y redondeada y el tronco fuerte, oscuro y a menudo retorcido. En leonés se llama l´ancina al ejemplar adulto y xardón o carrapitu al joven.
 
   En nuestro valle podemos encontrar un precioso encinar en la zona de Valdelajo, donde crecen unas encinas de un tamaño considerable y en estado salvaje, con una fisionomía bien distinta a las "domesticadas" encinas de las dehesas. También podemos encontrar encinas por todo el valle creciendo de forma aislada en terrenos pedregosos y soleados, entre estas destacan las que crecen en la ladera oriental de la Peña del Castillo en Sabero.
 



Todas estas encinas las podemos observar en el Encinar de Valdelajo
 

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